Sentirse Vulnerable
Hace unas semanas atrás escuché a una persona hablando sobre este tema y resonó tanto conmigo que decidí compartirles un poco de mi experiencia en cuanto a este tema que me parece muy importante.
Cuando era niña y lloraba por alguna razón me decían; no llores o deja de llorar y el significado que le daba era, no está bien llorar o mostrarme triste, así que lloraba cuando estaba a solas, mayormente era a la hora de dormir y de esa manera fui creciendo. De adulta seguí con ese mismo comportamiento, esperaba estar a solas para poder desahogarme, porque delante de los demás debía ser fuerte, tener todo bajo control ser “Perfecta” gastando energía tratando de mantener una cara que no era realmente la mía, así fui creando una máscara para no expresar ningún tipo de sentimientos.
Mis problemas personales los escondía, reprimiendo todo lo que sentía, haciendo “tripas corazones” (una frese que hace referencia a esforzase en disimular algún miedo o sentimiento) Así vivía, disimulando mis emociones, tantos positivos como negativos. Para mí no era una opción pedir o buscar ayuda, ya que según mi creencia eso me haría ver como una persona débil y eso no estaba permitido, ya que debía guardar las apariencias ante los demás.
Recuerdo que en una oportunidad no me sentía nada bien, me sentía como en un hueco sin salida y me pasó por la mente buscar ayuda, y mi diálogo interior en ese momento fue; Nadie tiene que saber sobre mis problemas, mis problemas son solo míos, de nadie más. De esa manera fui reprimiendo lo que sentía y eso se fue convirtiendo en lo normal para mi.
Cuando inicie este maravilloso viaje del auto conocimiento, aprendí que no somos de piedra, que esta bien mostrar las emociones, son los que nos hacen ser humanos y perfectamente imperfectos. Que la vida no es lineal, tienes sus momentos altos y bajos, es parte de la vida. También aprendí que es necesario exteriorizar lo que sentimos porque nos ayuda a soltar. De esa manera me fui quitando las máscaras que me había puesto. Fue todo un proceso en el que de a poco a poco me permití buscar ayuda e ir abriéndome con las personas adecuadas. Aprendí a darle espacio a mis emociones y a la vulnerabilidad, ahora los acepto, los abrazo y los comparto con los demás.
Cuando me permití ver hacia adentro y dejar salir todo lo que había gustado me di cuenta que todas emociones reprimidas se habían convertido en ira. Por eso es tan importa aprender a gestionar nuestra emociones, encontrar la forma de cómo lo podemos transformar.
El mostrar mi vulnerabilidad ante la gente me ha ayudado a ganar más confianza en mi misma, a mostrarme como soy y a conectar con otras personas.
Yo definiría Vulnerabilidad como valentía y coraje, porque es tener el valor de actuar y exponerse ante los demás cuando no se puede controlar los resultados.
“Lo que nos hace vulnerable es lo que nos hace humanos”