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Abrazando las Adversidades

Un día sufrí y lloré tanto por la ruptura de la relación que tenía, que pude notar el apego emocional que sentía por esa persona, también fui consciente que mi felicidad dependía de él. Al pasar el tiempo comencé a sanar mis heridas, a identificar y llenar mis propios vacíos emocionales, desde entonces me juré a mi misma no volver a poner mi felicidad en manos de otro persona, siendo ahora responsable mi propia felicidad y de mis emociones, e internalicé que relación más importante es la que tengo conmigo misma, al final de cuenta es con quien estaré toda mi vida, además, la persona que tenemos a nuestro lado es un reflejo del amor que nos tenemos a nosotros mismos, así que tome la decisión de conocerme, superarme, quererme, aceptarme y ser cada día mejor, comenzando el cambio desde adentro.

Hoy por hoy, soy mi propio fuente de felicidad, mi mejor amiga, el amor de mi vida y cada día doy lo mejor de mi para fortaleza y cultivar la relación que tengo conmigo misma. Abrazo mis días buenos y los no tan buenos sabiendo que todo va a estar bien y que pasé lo que pasé siempre me tendré a mi. Además, he aprendido que los contrastes de la vida nos ayudan a saber lo que queremos, a crecer, a crear mejores situaciones, emociones, personas y cosas, de esta manera vivo las adversidades desde otra perspectiva.

¿Y saben una cosa? Amo quien soy hoy, amo el ser feliz conmigo misma, amo la capacidad que tengo de generar emociones positivas por mi misma, amo el poder darme lo que necesito y quiero sin tener que esperar que alguien lo haga. Aprendí que la felicidad es un asunto demasiado personal como, para depender de otros.

Así que le doy gracias a esa persona que me hizo ver mis debilidades y sobre todo ser consciente de una de las heridas más profundas que tenía. También me doy las gracias a mi misma por haber tenido la valentía de indagar en lo más profundo de mi para reconocer y aceptar mis carencias afectivas y mis sombras . La verdad que no fue fácil, pero sí necesario, ya que gracias a eso he podido sanarlas amorosamente.

Hoy abrazo cada una de las adversidades que han ayudado a ser lo que soy.

Les regalo esta frase:

Elije bien a tu pareja, pues es el reflejo del amor que te tienes a ti misma. 

Sentirse Vulnerable

Hace unas semanas atrás escuché a una persona hablando sobre este tema y resonó tanto conmigo que decidí compartirles un poco de mi experiencia en cuanto a este tema que me parece muy importante.

Cuando era niña y lloraba por alguna razón me decían; no llores o deja de llorar y el significado que le daba era, no está bien llorar o mostrarme triste, así que lloraba cuando estaba  a solas, mayormente era a la hora de dormir y de esa manera fui creciendo. De adulta seguí con ese mismo comportamiento, esperaba estar a solas para poder desahogarme, porque delante de los demás debía ser fuerte, tener todo bajo control ser “Perfecta” gastando energía tratando de mantener una cara que no era realmente la mía, así fui creando una máscara para no expresar ningún tipo de sentimientos.

Mis problemas personales los escondía, reprimiendo todo lo que sentía, haciendo  “tripas corazones” (una frese que hace referencia a esforzase en disimular algún miedo o sentimiento) Así vivía,  disimulando mis emociones, tantos positivos como negativos.  Para mí no era una opción pedir o buscar ayuda, ya que según mi creencia eso me haría ver como una persona débil y eso no estaba permitido, ya que debía guardar las apariencias ante los demás.

Recuerdo que en una oportunidad no me sentía nada bien, me sentía como en un hueco sin salida y me pasó por la mente buscar ayuda, y mi diálogo interior en ese momento fue; Nadie tiene que saber sobre mis problemas, mis problemas son solo míos, de nadie más. De esa manera fui reprimiendo lo que sentía y eso se fue convirtiendo en lo normal para mi.

Cuando inicie este maravilloso viaje del auto conocimiento, aprendí que no somos de piedra, que esta bien mostrar las emociones, son los que nos hacen ser humanos y perfectamente imperfectos. Que la  vida no es lineal, tienes sus momentos altos y bajos, es parte de la vida. También aprendí que es necesario exteriorizar lo que sentimos porque nos ayuda a soltar. De esa manera me fui quitando las máscaras que me había puesto. Fue todo un  proceso en el que de a poco a poco me permití buscar ayuda e ir abriéndome con las personas adecuadas. Aprendí a darle espacio a mis emociones y a la vulnerabilidad, ahora los acepto, los abrazo y los comparto con los demás. 

Cuando me permití ver hacia adentro y dejar salir todo lo que había gustado me di cuenta que todas emociones reprimidas se habían convertido en ira. Por eso es tan importa aprender a gestionar nuestra emociones, encontrar la forma de cómo lo podemos transformar.

El mostrar mi vulnerabilidad ante la gente me ha ayudado a ganar más confianza en mi misma, a mostrarme como soy y a conectar con otras personas.

Yo definiría Vulnerabilidad como valentía y coraje, porque es tener el valor de actuar y exponerse ante los demás cuando no se puede controlar los resultados.

“Lo que nos hace vulnerable es lo que nos hace humanos”

Lo que no te duele, no te cambia.

Hace un tiempo atrás pasé por una momento bastante incómodo. Una de esas noches entre sentimientos de enojo, rabia y mucha tristeza, le pedí a Dios que me quitara ese dolor, o que me ayudara a olvidar lo que estaba pasando. A la mañana siguiente me entre a mi cuenta de Instagram y me topé con una imagen que decía “ Le dije al destino; ayúdame a olvidar. El destino me dijo; si arrancara tu memoria, correrías el riesgo de cometer los mismos errores una y otra vez. A veces aunque duela es mejor recordar. Porque eso nos mantiene fresca las lecciones aprendidas.” Pensé ¡WOOW! “esto es una señal” Luego entendí que es un proceso el que debía pasar y poco a poco fui aceptando la situación.

Ahora volteo para atrás y puedo ver desde la perspectiva del momento actual que todas y cada unas de las adversidades  han sido necesarias y perfectas. Cada paso me conduce al crecimiento y me hace tener más claridad con lo que realmente quiero, aun cuando parecieran obstáculos. 

Gracias a esa adversidad pude sanar, pude crecer y pude sacar lo mejor de mi.

El Dr. Wayne Dyer lo llama “La Iluminación a Través del Sufrimiento”

Él escribió. “Aprendemos a través de un proceso que yo llamo «iluminación a través del sufrimiento». En ese momento de la vida, que no tiene nada que ver con la edad cronológica, te preguntas: «¿Por qué a mí?», cuando ocurre algo doloroso o difícil. Si por ejemplo, se trata de la ruptura no deseada de una relación, pasarás esos momentos sufriendo y preguntándote cómo y por qué puede haberte acontecido semejante desastre. Pasado un tiempo, cuando te recuperes, serás capaz de mirar atrás y decir: «Ahora sé por qué tuve que pasar por esa ruptura», y verás, con la ayuda de la visión retrospectiva y el sufrimiento, que ese hecho te ha permitido avanzar y pasar a otra experiencia vital importantísima. Desde la perspectiva que da el mirar atrás, te darás cuenta de que debías experimentar ese dolor a fin de trascenderlo.

Este es el patrón de crecimiento que experimentan muchas personas: ocurren acontecimientos, el sufrimiento hace su aparición y a continuación surge la luz. pueden ocurrir en prácticamente todas las áreas de la vida: adicciones, quiebras, enfermedades, vacío espiritual, despidos del trabajo. La experiencia consiste en aprender a través de la visión retrospectiva, repitiendo una y otra vez este patrón de sufrimiento”.

Cuando ya somos  consciente de este patrón, tomamos la responsabilidad de nuestra vida y podemos ver que aquellos acontecimientos eran necesarios. De no ser así estaremos condenados a repetirlos una y otra vez.

Muchas veces debemos pasar por situaciones difíciles para reinventarnos, observar en nuestro interior, darnos cuenta de lo que realmente queremos y merecemos. Luego pasar a la siguiente etapa, dándole un giro positivo a nuestra vida. Sobre todo para aprender y crecer. De esta manera nos encaminamos hacía la vida que deseamos vivir.

La próxima vez que surja un problema en tu vida, trata de verlo como una aprendizaje. Considéralo como una oportunidad para sanar, crecer, conectar contigo mismo/a y sacar lo mejor de ti, ya que lo “errores” los tropiezos, las “malas” experiencias nos ayudan a ser mejor y tener claridad.

Quizás esto ya lo has escuchado varías veces, pero cuando estamos pasando una situación difícil, se nos olvida por completo. De esta manera te recuerdo, que si estas pasando una adversidad es por algo y para algo mucho mejor. Está situación formará tu carácter, te ayudará a no tropezar con la misma piedra, te ayudará a crecer y sacar lo mejor de ti. Todo en la vida es un aprendizaje.

No veas las situaciones difíciles con un sufrimiento, sino como una oportunidad para crecer y tener más claridad en cuanto lo que realmente quieres.

Nota: Me gustaría acotar, que no estoy diciendo que todo aprendizaje, crecimiento y evolución es a través del dolor o el sufrimiento. Que hay situaciones difíciles por las que todos los ser humanos pasamos, sí, sin embargo, no todo tiene que ser así. Además, todo dependerá de como tú lo elijas ver la circunstancia.