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Hablemos del AutoCuidado

Últimamente he nota en las redes sociales que ponen el autocuidado como arreglarse el cabello, las uñas, ponerse mascarillas en la cara, entre otras cosas, y si es parte del autocuidado, pero va más allá que solo mimarse, también implica cuidar tus emociones, tu mente, tu espíritu y tu cuerpo.

Cuidado Emocional: no debemos acumular, reprimir, ni rechazar nuestras emociones porque se van acumulando en nuestro cuerpo y se convierten en enfermedades o ira. Es necesario navegar por ellas, expresarlas dándole su espacio para reconocerlas  y aceptarlas, verás que en algún momento se disuelven. Las emociones no son ni buenas ni malas, simplemente son y están para sentirlas, es parte de nuestra experiencia de vida. 

Cuidado Mental: es necesario ser conscientes de cómo alimentamos nuestra mente, si son pensamientos que nos motivan, nos impulsan y nos hacen sentir bien, o son pensamientos que nos limitan. Las cosas que pensamos y decimos crean nuestra experiencia, así que si deseas una vida en positivo, centra tu energía en cosas que te hagan sentir bien y elige siempre tu bienestar. 

Cuidado Espiritual: el autocuidado espiritual consiste en la relación que tienes con tú yo interior. Es esa conexión interior que tienes con lo más allá de lo físico, y esa conexión se logra a través de la meditación, hacer yoga, ejercicio, estar en contacto con la naturaleza, hacer cosas que hagan a tu alma vibrar. Cada quien tiene su propia manera de conectarse con su interior. Es importante prestar atención a tus corazonadas ya que la intuición es nuestro GPS interior y nunca se equivoca

Cuidado Físico: las actividades físicas no solo nos ayudan a cuidar nuestro cuerpo, también para canalizar y quitar el estrés. Debes dormir las horas que necesitas, e incluso tomar una siesta si crees que te ayudará, recuerda siempre escuchar tu cuerpo. Mantener una dieta equilibrada. Y por supuesto el consentirte, ir a un spa, cambiarte el look,  no hacer nada por un día, si así lo deseas, o hacer lo que tú consideres que sea consentirte.

Recuerda, el autocuidado mental, emocional y espiritual es tan importante como el cuidado físico.

-María Del Mar-

Sentirse Vulnerable

Hace unas semanas atrás escuché a una persona hablando sobre este tema y resonó tanto conmigo que decidí compartirles un poco de mi experiencia en cuanto a este tema que me parece muy importante.

Cuando era niña y lloraba por alguna razón me decían; no llores o deja de llorar y el significado que le daba era, no está bien llorar o mostrarme triste, así que lloraba cuando estaba  a solas, mayormente era a la hora de dormir y de esa manera fui creciendo. De adulta seguí con ese mismo comportamiento, esperaba estar a solas para poder desahogarme, porque delante de los demás debía ser fuerte, tener todo bajo control ser “Perfecta” gastando energía tratando de mantener una cara que no era realmente la mía, así fui creando una máscara para no expresar ningún tipo de sentimientos.

Mis problemas personales los escondía, reprimiendo todo lo que sentía, haciendo  “tripas corazones” (una frese que hace referencia a esforzase en disimular algún miedo o sentimiento) Así vivía,  disimulando mis emociones, tantos positivos como negativos.  Para mí no era una opción pedir o buscar ayuda, ya que según mi creencia eso me haría ver como una persona débil y eso no estaba permitido, ya que debía guardar las apariencias ante los demás.

Recuerdo que en una oportunidad no me sentía nada bien, me sentía como en un hueco sin salida y me pasó por la mente buscar ayuda, y mi diálogo interior en ese momento fue; Nadie tiene que saber sobre mis problemas, mis problemas son solo míos, de nadie más. De esa manera fui reprimiendo lo que sentía y eso se fue convirtiendo en lo normal para mi.

Cuando inicie este maravilloso viaje del auto conocimiento, aprendí que no somos de piedra, que esta bien mostrar las emociones, son los que nos hacen ser humanos y perfectamente imperfectos. Que la  vida no es lineal, tienes sus momentos altos y bajos, es parte de la vida. También aprendí que es necesario exteriorizar lo que sentimos porque nos ayuda a soltar. De esa manera me fui quitando las máscaras que me había puesto. Fue todo un  proceso en el que de a poco a poco me permití buscar ayuda e ir abriéndome con las personas adecuadas. Aprendí a darle espacio a mis emociones y a la vulnerabilidad, ahora los acepto, los abrazo y los comparto con los demás. 

Cuando me permití ver hacia adentro y dejar salir todo lo que había gustado me di cuenta que todas emociones reprimidas se habían convertido en ira. Por eso es tan importa aprender a gestionar nuestra emociones, encontrar la forma de cómo lo podemos transformar.

El mostrar mi vulnerabilidad ante la gente me ha ayudado a ganar más confianza en mi misma, a mostrarme como soy y a conectar con otras personas.

Yo definiría Vulnerabilidad como valentía y coraje, porque es tener el valor de actuar y exponerse ante los demás cuando no se puede controlar los resultados.

“Lo que nos hace vulnerable es lo que nos hace humanos”

¿Por qué perdonar a alguien que no ha pedido perdón?


Me tomó mucho tiempo entender cómo se puede perdonar a alguien que no me ha pedido perdón,  ya que creí que para poder perdonar primero debían pedirme perdón. Siempre me repetía, una y otra vez, esa persona es la que debe rectificar, de lo contrario no lo perdonaré, él fue el que cometió el error, o me preguntaba ¿por qué tengo que perdonar a alguien que no me ha pedido perdón? ¡eso no me parece justo! así mantuve mis pensamientos por muchos años, llenándome de sentimientos negativos.
 Claro, en ese momento no lo veía de esa manera, solo veía el daño que me habían hecho y lo mucho que me dolía, por lo tanto mantenía una actitud de reclamo.

Hasta que llegó el momento justo para entender y  aprender que el perdonar, no se trata de olvidar ni  justificar el comportamiento, se trata de liberarnos y dejar ir cualquier  emoción negativa que habita dentro de nosotros; como la rabia, el rencor, el resentimiento, el odio que nos dañan. También aprendí que cuando perdonas, lo haces por ti y para ti, para sentirte bien contigo mismo y así no cargar con sentimientos dañinos que en ocasiones no nos dejan avanzar. Es encontrar paz en tú corazón. Es cambiar sentimientos negativos por sentimientos positivos. Es un acto de amor que te haces a ti mismo (a).