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Hablemos del AutoCuidado

Últimamente he nota en las redes sociales que ponen el autocuidado como arreglarse el cabello, las uñas, ponerse mascarillas en la cara, entre otras cosas, y si es parte del autocuidado, pero va más allá que solo mimarse, también implica cuidar tus emociones, tu mente, tu espíritu y tu cuerpo.

Cuidado Emocional: no debemos acumular, reprimir, ni rechazar nuestras emociones porque se van acumulando en nuestro cuerpo y se convierten en enfermedades o ira. Es necesario navegar por ellas, expresarlas dándole su espacio para reconocerlas  y aceptarlas, verás que en algún momento se disuelven. Las emociones no son ni buenas ni malas, simplemente son y están para sentirlas, es parte de nuestra experiencia de vida. 

Cuidado Mental: es necesario ser conscientes de cómo alimentamos nuestra mente, si son pensamientos que nos motivan, nos impulsan y nos hacen sentir bien, o son pensamientos que nos limitan. Las cosas que pensamos y decimos crean nuestra experiencia, así que si deseas una vida en positivo, centra tu energía en cosas que te hagan sentir bien y elige siempre tu bienestar. 

Cuidado Espiritual: el autocuidado espiritual consiste en la relación que tienes con tú yo interior. Es esa conexión interior que tienes con lo más allá de lo físico, y esa conexión se logra a través de la meditación, hacer yoga, ejercicio, estar en contacto con la naturaleza, hacer cosas que hagan a tu alma vibrar. Cada quien tiene su propia manera de conectarse con su interior. Es importante prestar atención a tus corazonadas ya que la intuición es nuestro GPS interior y nunca se equivoca

Cuidado Físico: las actividades físicas no solo nos ayudan a cuidar nuestro cuerpo, también para canalizar y quitar el estrés. Debes dormir las horas que necesitas, e incluso tomar una siesta si crees que te ayudará, recuerda siempre escuchar tu cuerpo. Mantener una dieta equilibrada. Y por supuesto el consentirte, ir a un spa, cambiarte el look,  no hacer nada por un día, si así lo deseas, o hacer lo que tú consideres que sea consentirte.

Recuerda, el autocuidado mental, emocional y espiritual es tan importante como el cuidado físico.

-María Del Mar-

Siento que retrocedí

Hace un par de meses atrás pase por una situación que sentí que retrocedí en mi crecimiento personal. Me sentía muy molesta conmigo misma y me preguntaba una y otra vez ¿por qué tomaste esta actitud, si ya tienes tiempo trabajando en esto? ¿Qué te pasó contigo? Era un sentimiento de rabia y culpa que invadía todo mi cuerpo. Hasta que sentí la necesidad de exteriorizar lo que me estaba pasando. El hablarlo me ayudo a sacar ese mal sentimiento que me incomodaba.

Luego reflexione al respecto, aprendí que el crecimiento personal no es lineal, tiene altas y bajas, que todo en la vida es un aprendizaje y durante nuestra vida iremos cometiendo “errores” y aprenderemos de ellos. Algo importante, la acción requieren de movimientos y cuando nos movemos no nos quedamos estancados, si miramos para atrás veremos que no estamos en el mismo lugar.

Esta adversidad me permitió recordar todo lo que he aprendido y a donde he llegado. Gracias a ello pude conectar con mis avances. Algo que siempre debo recordar; no soy perfecta y se vale tener tropiezos. Que si no reacciono como esperaba, no pasa nada, es solo cuestión de tener paciencia, ya que me permite entender el proceso y saber que los resultados no son inmediatos, cada quien lleva su propio ritmo. Lo más importante es tratarme con mucho amor, ser compasiva conmigo misma, ser flexible, fluir y ser consciente de que cada momento incómodo son mis más grandes maestros.

Esta experiencia me sirvió para tomar impulso, continuar con más ganas y mucho entusiasmo.

¡Es que nada me funciona!

Algunas veces pasamos por adversidades y sentimos que es lo peor que nos puede  pasar. Sentimos que el mundo se nos cae encima, nos sumergimos en los pensamientos negativos que nos hacen sentir  aún peor, nos deprimimos,  buscamos ayuda profesional, leemos libros, y aún así  sentimos que no avanzamos y creemos que nada nos funciona. Llegamos a pensar que no tenemos solución o que todo está en nuestra contra.

¿Sabes por qué nada funciona? Porque el trabajo es solo tuyo,  te podrán ayudar, guiar,  darte todas las técnicas, las herramientas, las estrategias, los distintos puntos de vistas, todo para que salgas de esa situación. Sin embargo si tú no tomas acción y decides tomar la decisión de hacer ese cambio en ti, nada va a cambiar, eso viene de ti. Solo tú eliges como te quieres sentir, solo tú tienes la responsabilidad de iniciar el  trabajo interior.

 El problema no es lo que está pasando afuera, es lo que está pasando dentro de ti y por eso es tan importa entender e internalizar todo aquello que aprendes.

Solo tú tienes el poder de transformar tu vida y sanar tus heridas. 

 El cambio está en tu interior.  

Lo que no te duele, no te cambia.

Hace un tiempo atrás pasé por una momento bastante incómodo. Una de esas noches entre sentimientos de enojo, rabia y mucha tristeza, le pedí a Dios que me quitara ese dolor, o que me ayudara a olvidar lo que estaba pasando. A la mañana siguiente me entre a mi cuenta de Instagram y me topé con una imagen que decía “ Le dije al destino; ayúdame a olvidar. El destino me dijo; si arrancara tu memoria, correrías el riesgo de cometer los mismos errores una y otra vez. A veces aunque duela es mejor recordar. Porque eso nos mantiene fresca las lecciones aprendidas.” Pensé ¡WOOW! “esto es una señal” Luego entendí que es un proceso el que debía pasar y poco a poco fui aceptando la situación.

Ahora volteo para atrás y puedo ver desde la perspectiva del momento actual que todas y cada unas de las adversidades  han sido necesarias y perfectas. Cada paso me conduce al crecimiento y me hace tener más claridad con lo que realmente quiero, aun cuando parecieran obstáculos. 

Gracias a esa adversidad pude sanar, pude crecer y pude sacar lo mejor de mi.

El Dr. Wayne Dyer lo llama “La Iluminación a Través del Sufrimiento”

Él escribió. “Aprendemos a través de un proceso que yo llamo «iluminación a través del sufrimiento». En ese momento de la vida, que no tiene nada que ver con la edad cronológica, te preguntas: «¿Por qué a mí?», cuando ocurre algo doloroso o difícil. Si por ejemplo, se trata de la ruptura no deseada de una relación, pasarás esos momentos sufriendo y preguntándote cómo y por qué puede haberte acontecido semejante desastre. Pasado un tiempo, cuando te recuperes, serás capaz de mirar atrás y decir: «Ahora sé por qué tuve que pasar por esa ruptura», y verás, con la ayuda de la visión retrospectiva y el sufrimiento, que ese hecho te ha permitido avanzar y pasar a otra experiencia vital importantísima. Desde la perspectiva que da el mirar atrás, te darás cuenta de que debías experimentar ese dolor a fin de trascenderlo.

Este es el patrón de crecimiento que experimentan muchas personas: ocurren acontecimientos, el sufrimiento hace su aparición y a continuación surge la luz. pueden ocurrir en prácticamente todas las áreas de la vida: adicciones, quiebras, enfermedades, vacío espiritual, despidos del trabajo. La experiencia consiste en aprender a través de la visión retrospectiva, repitiendo una y otra vez este patrón de sufrimiento”.

Cuando ya somos  consciente de este patrón, tomamos la responsabilidad de nuestra vida y podemos ver que aquellos acontecimientos eran necesarios. De no ser así estaremos condenados a repetirlos una y otra vez.

Muchas veces debemos pasar por situaciones difíciles para reinventarnos, observar en nuestro interior, darnos cuenta de lo que realmente queremos y merecemos. Luego pasar a la siguiente etapa, dándole un giro positivo a nuestra vida. Sobre todo para aprender y crecer. De esta manera nos encaminamos hacía la vida que deseamos vivir.

La próxima vez que surja un problema en tu vida, trata de verlo como una aprendizaje. Considéralo como una oportunidad para sanar, crecer, conectar contigo mismo/a y sacar lo mejor de ti, ya que lo “errores” los tropiezos, las “malas” experiencias nos ayudan a ser mejor y tener claridad.

Quizás esto ya lo has escuchado varías veces, pero cuando estamos pasando una situación difícil, se nos olvida por completo. De esta manera te recuerdo, que si estas pasando una adversidad es por algo y para algo mucho mejor. Está situación formará tu carácter, te ayudará a no tropezar con la misma piedra, te ayudará a crecer y sacar lo mejor de ti. Todo en la vida es un aprendizaje.

No veas las situaciones difíciles con un sufrimiento, sino como una oportunidad para crecer y tener más claridad en cuanto lo que realmente quieres.

Nota: Me gustaría acotar, que no estoy diciendo que todo aprendizaje, crecimiento y evolución es a través del dolor o el sufrimiento. Que hay situaciones difíciles por las que todos los ser humanos pasamos, sí, sin embargo, no todo tiene que ser así. Además, todo dependerá de como tú lo elijas ver la circunstancia.