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Mi niña interior

Una de las cosas que hizo que hubiera una transformación en mi vida fue reconectarme con  esa linda niña que un día fui. 

Esa pequeña niña con carita de ángel ya llevaba una herida emocional y a medida que fue creciendo llegaron muchas más, sin embargo, siempre hacía lo que podía para sonreír y ser feliz.

Ahora como adulta y responsable de ella, la tomé de la mano amorosamente y me permití traer situaciones incómodas y dolorosas para así tener una profunda y extensa plática juntas. Ese momento estuvo lleno de llanto, de risas, de dolor, de comprensión, de amor y reconciliación. Fue bastante liberador y emotivo el haberme reconectado con esa pequeña María Del Mar ya que me permitió ir sanando aquellas heridas que aún afectaban mi vida, además de recordar a esa niña hermosa que un día fui.

Desde entonces me he permitido divertirme como niña, hacerle saber y sentir que la amo con todo mi ser,  que pasé lo que pasé siempre estaré para ella y que ahora soy yo la que está a cargo de nuestra vida, así que me aseguraré de que sea más bonito y muy feliz. 

Te amo mi niña María Del Mar 

El Niño Interior

El Niño interior no es más que esa parte de nuestra personalidad ingenua e inocente, que se maravilla con las cosas sencillas que nos da la vida, que se pregunta el ¿por qué? Y ¿para qué? De todas las cosas, es alegre, espontáneo y entusiasta. Ese niño es el conjunto de todas nuestras potencialidades en un estado puro, sin embargo, con el paso del tiempo, este niño se va escondiendo en lo más profundo de nuestro ser, ya que a medida que vamos creciendo nos llenamos de falsas  creencias y entre la sociedad, los prejuicios, nos vamos olvidando de ese pequeño/a que un día fuimos y que aún llevamos dentro.

Ahora como adultos ese niño que está asunto, herido y escondido en nuestro interior, y se a convertido una parte antigua de nosotros mismos que aparece en forma de emociones, pensamientos y sentimientos ante determinadas circunstancias que lo activan. Todos hemos tenido heridas emocionales en la infancia que no pudimos resolver, y al no sanarlas, nuestro niño se quedó asustado y herido. 

Entrar en contacto con nuestro niño interior nos ayuda a comprendernos más, a entender mejor nuestros conflictos, nos permite liberar emociones reprimidas. Aquellos bloqueos, inconscientes o no, que nos desvitalizan, y lo más importante, a  amarnos por ser quien somos realmente, sin juicios ni reproches. Además de comenzar a divertirnos como niños nuevamente.

Hay muchas alternativas y opiniones para conectar con ese pequeño que fuimos, sin embargo, a mi me ayudó muchísimo el escribirle una carta. Al hacer ese ejercicio me conecté con esa niña asustada y en ese papel escribí todo lo que a ella le hubiese gustado escucha y sentir. También tenia junto a mi una foto mía de cuando tenía al rededor de 4 años y le dije a esa pequeña que todo está bien, que está a saldo y que pase lo que pase siempre estaré con ella, que la amo con todo mi ser, fue bastante emotivo.

Estos ejercicios fueron muy sanadores y liberadores para mí, ya que pude sanar heridas emocionales que traía arrastrando desde hace mucho tiempo y poder liberarme de ellas fue como quitarme capas y capas de encima, ayudándome a sentirme más segura de mi misma.

Abraza a tu niño interior, vuelve a jugar, diviértete y no te tomes la vida tan enserio. Crecer por fuera no siempre implica crecer por dentro.

-María Del Mar-

¿Por qué perdonar a alguien que no ha pedido perdón?


Me tomó mucho tiempo entender cómo se puede perdonar a alguien que no me ha pedido perdón,  ya que creí que para poder perdonar primero debían pedirme perdón. Siempre me repetía, una y otra vez, esa persona es la que debe rectificar, de lo contrario no lo perdonaré, él fue el que cometió el error, o me preguntaba ¿por qué tengo que perdonar a alguien que no me ha pedido perdón? ¡eso no me parece justo! así mantuve mis pensamientos por muchos años, llenándome de sentimientos negativos.
 Claro, en ese momento no lo veía de esa manera, solo veía el daño que me habían hecho y lo mucho que me dolía, por lo tanto mantenía una actitud de reclamo.

Hasta que llegó el momento justo para entender y  aprender que el perdonar, no se trata de olvidar ni  justificar el comportamiento, se trata de liberarnos y dejar ir cualquier  emoción negativa que habita dentro de nosotros; como la rabia, el rencor, el resentimiento, el odio que nos dañan. También aprendí que cuando perdonas, lo haces por ti y para ti, para sentirte bien contigo mismo y así no cargar con sentimientos dañinos que en ocasiones no nos dejan avanzar. Es encontrar paz en tú corazón. Es cambiar sentimientos negativos por sentimientos positivos. Es un acto de amor que te haces a ti mismo (a).