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Gratitud

Yo no sabía exactamente qué significaba ser agradecido, ya que el significado que le daba era dar las gracias a alguien por algo, no sabía el poder que encierra este emoción.  

Hasta que un día  comencé a valorar y apreciar todo lo que me rodeaba. Desde entonces comencé a tomar consciencia de mi presente y fue algo maravilloso ya que todo lo que percibían mis ojos me hacían sentir un profundo aprecio y admiración, era como si estaba descubriendo un mundo nuevo, ya que antes siempre iba en automático, de un lado a otro pensando en el pasado, el futuro o lo que me faltaba, nunca me había detenido a ver lo que tenía frente a mí, no me daba la oportunidad de tomar consciencia de mi aquí y ahora. 

Cuando empece a practicar la gratitud mi vida comenzó  a cambiar mágicamente, todo se fue conectando y las cosas fueron llegando. El ser agradecida me ha enseñado que no podemos conseguir algo mejor si estamos peleados con esa situación, que es necesario aceptar y hacer las pases  para permitir que nuestro camino se abra y las cosas fluyan de la mejor manera. Aprendí a ver las adversidades como pequeños regalos que me invitan aprender y crecer. 

Hoy doy Gracias por cada una de las circunstancias que he vivido, ellas han forjado lo que soy hoy, y me han traído justo donde estoy  ¿Que si tengo todo lo que quiero? No, sin embargo tengo lo que necesito para ser feliz y sentirme plena.

El sentido de la Gratitud no es sólo sentirse feliz cuando tienes algo material, también es reconocer que nuestra existencia está llena de bendiciones, como por ejemplo; respirar, el poder de nuestros sentidos, el agua, la naturaleza y así un sinfín de cosas extraordinarias. 

Tenemos tanto porqué agradecer que muchas veces lo pasamos por obvias, o nos sumergimos en una queja constante que no nos damos cuenta del  privilegio que tenemos. Quejémonos menos, apreciemos y valoremos más. 

“La Gratitud es la clave que convierte los problemas en bendiciones y lo inesperado en regalos”

El sol brillando y yo ciego

Reflexión/ Autor desconocido

EL SOL BRILLANDO…¡Y YO CIEGO! Estas palabras me las comentó hace muchos años un cieguito en un parque de Los Angeles, donde yo, como joven, me senté a pasar las horas del día sintiéndome muy triste y solo.  El cieguito, ya muy anciano, se entretenía en dar de comer a las palomas y entablamos conversación.

Le comenté hasta cierto punto algo de lo que estaba sintiendo y el ancianito me preguntó:

¿Has visto lo lindo que brilla el sol?

Sin darme cuenta quien me hablaba no podía ver, le contesté:

En realidad ni me  había fijado.

El anciano me contestó:

“ EL SOL BRILLANDO Y TU CIEGO…”

Han pasado muchos años de aquel encuentro y muchos años para darme cuenta que muchas veces vamos por la vida “CIEGOS”.  Nos levantamos con el “PROBLEMA” y caminamos todo el día con el “PROBLEMA” y el sol y la vida brillando a nuestro alrededor y no lo vemos.

No permitas que pase tu día sin mirar aquello hermoso que te rodea.  No pierdas ni un minuto más oscureciendo tu vida y la de otros a tu alrededor.  Todos tenemos problemas, pero recuerda que éstos son nuestra oportunidad para aprender y crecer.

QUE NO PASE UN DIA MÁS DONDE TERMINES DICIENDO:

“EL SOL BRILLANDO…¡Y YO CIEGO!”

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Esta reflexión nos enseña que debemos valorar todo aquello que damos por sentado. Muchas veces vamos viviendo en automático, metidos de cabeza en los problemas, y las preocupaciones, esto no nos permiten ver más allá y ser conscientes de todos los privilegios y bendiciones que nos rodean. 

Le prestamos más atención al lado equivocado de la situación. Debemos aprender a disfrutar nuestro momento presente, apreciar y agradecer las pequeñas y grandes cosas que nos ofrece la vida. 

Las situaciones negativas nos traen enseñanzas, estos nos permite crecer y aprender. La mejor manera de resolver los conflictos es buscar soluciones. Práctica vivir tu momento presente.

A veces estamos tan ciegos que no nos damos cuenta que el sol brilla ante nuestros ojos.